Un cóctel de sexo, drogas y violencia es la última propuesta de Oliver Stone, más en la línea de “Asesinos natos” (1994) que sus últimos trabajos, y con un reparto estelar en papeles secundarios que cuenta en sus filas con John Travolta como agente corrupto del FBI y los hispanoamericanos Salma Hayek y Benicio del Toro como narcotraficantes (¡faltaría más!), dejando la primera línea para un trío protagonista menos conocido que en ocasiones no acaba de convencer, pero que deja buen sabor de boca.
La historia comienza con la historia de un triángulo amoroso aparentemente equilátero y perfectamente equilibrado centrado en la figura de “O” (abreviatura de Ofelia, la amada de Hamlet), cuyo amor se divide entre dos hombres, Chon y Ben, complementarios entre sí, cuerpo y mente, fuerza e inteligencia, el ying-yang ideal. Uno proviene del ejército destinado en Afganistán y conoce todas las tácticas de lucha y emplea la violencia para salirse con la suya, mientras que el otro jamás ha matado a nadie y tiene una visión ejemplar para los negocios y trata su venta de drogas como si fuera un comercio convencional, cuyos beneficios emplea en causas altruistas de ayuda al prójimo. Como dice “O”, Chon folla pero Ben hace el amor.
Pero el negocio de las drogas no es algo habitual, y entrarán diversas mafias en juego, que impedirán que todo sea tan fácil mediante secuestro, tortura y extorsión, creando múltiples situaciones de peligro y acción, que harán que el ritmo del film crezca y decrezca aleatoriamente a lo largo de todo el metraje. Las drogas son la respuesta racional a la locura, y en este film la locura abunda en todos los rincones.
Destaca una Salma Hayek que no para de hablar en un perfecto spanglish, hablando a toda velocidad en español e inglés, cambiando de registro sin ningún problema, y convirtiéndose en la mala malísima de la película, dispuesta a lo que sea por salirse con la suya. A Benicio del Toro no le quitaremos halagos pero ya va siendo habitual este tipo de papeles de chicano delincuente que no respeta las normas.
Un guión interesante, aunque de temática habitual, inspirado en la novela de Don Winslow, que conoce bien el tema de los cárteles de la droga, y ha escrito varias novelas con referencia al tema donde presume de su conocimiento del tema.
Continuos homenajes al cine de Tarantino y al universo Pulp Fiction, desde la banda sonora hasta la peluca que luce Hayek mientras le masajean los pies, que quedan sino en un “wannabe-Quentin” debido a una falta de profundidad espiritual en su trío protagonista.
Muy original el doble final alternativo, permitiendo que el espectador pueda elegir si prefiere que termine como un drama shakespeariano o como una novela negra, sin necesidad de ir a los extras del dvd.
En resumen, una propuesta interesante para los amantes de la violencia y las mafias del narcotráfico, que si no destaca en exceso entre propuestos similares del género, al menos hace pasar un buen rato.